Cap 1 : Mudanza
Enma era una chica de 15 años, que en días cumpliría 16, tenia cabello azul, casi negro (teñido), liso, largo hasta casi un poco mas de la mitad de la espalda, una chasquilla para el lado que le cubría un ojo, ojos color cafés muy oscuros, tan oscuros que parecían negros; maquillados todo el tiempo de oscuro, piel muy blanca, delgada, y baja de estatura. Era una chica muy fría, no sentía afecto ni a su propia familia. Sentía mucho rencor por la humanidad por quitarle a su mejor y única amiga, que murió en manos de un acecino frente a sus ojos, y que mas encima lo dejan libre.
Vivía con su madre, que era una diseñadora de interiores; con su padre que era un trabajador de una empresa de paneles solares; y con su hermano mayor que simplemente asistía a la escuela como Enma. Como la empresa en la que trabaja el padre de Enma se extendió a otra ciudad de Alemania tenia que mudarse, porque él fue asignado allí.
Para Enma era como cualquier otro día, de todos modos sabía que no aria amigos, siempre la gente la ha mirado como “bicho raro” sin siquiera conocerla, pero bueno, ya estaba acostumbrada a todo eso. Sabía que tendría que soportar más burlas de sus nuevos compañeros ya que siempre ha sido un “imán” para los molestosos de la clase.
Llegaron a la residencia que le había asignado la empresa del padre de Enma y los primeros en bajar fueron los padres, su hermano mayor y la pequeña muchacha, Enma.
-¿Cuál es mi habitación?- pregunto Enma con una voz ceca una vez que entraron a la casa
-La del final del pasillo, en el segundo piso- le respondió amable la madre
-Está bien, gracias- dijo Enma tomando sus maletas y caminando hacia las escaleras, hasta que su hermano mayor, Ignaz, le hiso una pequeña zancadilla que casi la bota al piso. Enma de inmediato se volteo hacia su hermano y con un solo puñetazo en la cara lo tiro al piso- ¡Te he dicho mil veces que no te metas conmigo! – dijo furiosa y subió las escaleras con sus maletas
-¡Enma!, ¡Ten más respeto!, es tu hermano mayor- dijo regañando su padre
-El no tiene respeto por mí, ¿Por qué yo debería tener por él?- dijo la muchacha en su defensa y continuo su camino hacia su habitación.
Entro al cuarto color purpura muy oscuro, cerró la puerta tras ella y comenzó a ordenar poco a poco su ropa que siempre tiene los mismos colores, negro, blanco, rojo, purpura, gris. Luego de ordenar se estiro en la cama que había en medio de la habitación y sin darse cuenta se quedo dormida, lo único que la despertó fue el llamado de su madre para que bajara a cenar.
-Hijos, mañana irán a su nueva escuela, el autobús pasara por ustedes a las 7 a.m., así que por favor cuando vaya a despertarlos, no comiencen con “5 minutos más”, ¡¿escuchaste Ignaz?!- dijo el madre en medio de la cena
-a si, por cierto… como es una escuela privada, deberán ir con uniformes escolares... los uniformes de cada uno están sobre el sofá- dijo con su dulce voz la madre y luego miro a su pequeña hija que comía sin ningún animo- Enma, ¿Qué te ocurre?, ¿te sientes bien?
-sí, solo es que… ¿Por qué tenemos que mudarnos? … detesto conocer a gente nueva, siempre son puros idiotas
-Enma, no digas eso… quizás te hagas de algún amigo mañana en el colegio- dijo tratando de tranquilizarla la madre. Sabía que su hija era fría, pero aun así, era su hija y era amable con ella, quizás así cambie de parecer, creía ella.
-No lo creo… -dijo cortante la chica y continuo cenando su carne de soja, ya que era vegetariana- no quiero más, con su permiso – dijo retirándose de la mesa y dejando la mitad de su cena en el plato. Se dirigió hacia al sofá para tomar su nuevo uniforme y luego fue hacia su cuarto. Se estiro nuevamente sobre su cuarto y muchos pensamientos comenzaron a aparecer como “¿habrá alguna chica como Florenz (su única y mejor amiga)?, no me gusta estar mucho en la soledad, aunque muchas veces es muy divertido”. Poco a poco fue bajando el sueño y decidió ponerse su pijama rojo con negro y dormir.
A la mañana siguiente, a las 5:30 a.m. su padre fue a despertar a sus hijos, primero a su hijo mayor, Ignaz, y luego a su hija menor, Enma.
-Enma, despierta, tienes que ir a la escuela- dijo tratando de no molestarla mucho, pero aun así para que despertara de una vez
-Estoy despierta, puedes irte-dijo malhumorada Enma, detestaba que la despertasen, ella sabía perfectamente despertarse sola, sin ayuda de nadie.
Se levanto de su cama una vez que su padre se marcho de la habitación y se dirigió al baño que había en su cuarto, para tomar una ducha, luego se puso el uniforme. Era una camisa blanca, una falda negra, una corbata roja, un saco negro con la insignia del colegio, zapatos bajos negros y medias largas blancas. El uniforme le pareció muy genial, tenía un toque solo de su estilo. Luego de vestirse se seco el cabello, no necesitaba alisárselo ya que cada 6 meses iba a la peluquería a hacerse el alisado permanente; y por último se delineo los ojos con negro. Bajo las escaleras para desayunar simplemente una manzana roja, su fruta favorita.
De pronto una bocina se sintió fuera de la casa y cada uno tomo su mochila que habían preparado la noche anterior y que había dejado sobre el sofá. Se despidieron de sus padres y subieron al autobús. Toda la gente los quedo mirando, sobre todo a Enma, al parecer todos ya habían notado su famosa “aura” negra. Se sentó en uno de los últimos asientos, ya que el “seductor” de su hermano se había sentado con una de esas típicas chicas “populares” de adelante. Enma se sentó sola en los asientos de adelante, hasta que en una parada dos chicos bastante altos se subieron al autobús y se sentaron al final junto a ella. Uno llevaba rastas, una gorra, el uniforme como con tres tayas más de lo que era, un pircing en el labio y su mochila color azul; el otro era lo contrario, tenía el cabello negro, alisado y largo, pero no mucho; el uniforme bastante ajustado (al igual que el de Enma) y también maquillado los ojos.
Vivía con su madre, que era una diseñadora de interiores; con su padre que era un trabajador de una empresa de paneles solares; y con su hermano mayor que simplemente asistía a la escuela como Enma. Como la empresa en la que trabaja el padre de Enma se extendió a otra ciudad de Alemania tenia que mudarse, porque él fue asignado allí.
Para Enma era como cualquier otro día, de todos modos sabía que no aria amigos, siempre la gente la ha mirado como “bicho raro” sin siquiera conocerla, pero bueno, ya estaba acostumbrada a todo eso. Sabía que tendría que soportar más burlas de sus nuevos compañeros ya que siempre ha sido un “imán” para los molestosos de la clase.
Llegaron a la residencia que le había asignado la empresa del padre de Enma y los primeros en bajar fueron los padres, su hermano mayor y la pequeña muchacha, Enma.
-¿Cuál es mi habitación?- pregunto Enma con una voz ceca una vez que entraron a la casa
-La del final del pasillo, en el segundo piso- le respondió amable la madre
-Está bien, gracias- dijo Enma tomando sus maletas y caminando hacia las escaleras, hasta que su hermano mayor, Ignaz, le hiso una pequeña zancadilla que casi la bota al piso. Enma de inmediato se volteo hacia su hermano y con un solo puñetazo en la cara lo tiro al piso- ¡Te he dicho mil veces que no te metas conmigo! – dijo furiosa y subió las escaleras con sus maletas
-¡Enma!, ¡Ten más respeto!, es tu hermano mayor- dijo regañando su padre
-El no tiene respeto por mí, ¿Por qué yo debería tener por él?- dijo la muchacha en su defensa y continuo su camino hacia su habitación.
Entro al cuarto color purpura muy oscuro, cerró la puerta tras ella y comenzó a ordenar poco a poco su ropa que siempre tiene los mismos colores, negro, blanco, rojo, purpura, gris. Luego de ordenar se estiro en la cama que había en medio de la habitación y sin darse cuenta se quedo dormida, lo único que la despertó fue el llamado de su madre para que bajara a cenar.
-Hijos, mañana irán a su nueva escuela, el autobús pasara por ustedes a las 7 a.m., así que por favor cuando vaya a despertarlos, no comiencen con “5 minutos más”, ¡¿escuchaste Ignaz?!- dijo el madre en medio de la cena
-a si, por cierto… como es una escuela privada, deberán ir con uniformes escolares... los uniformes de cada uno están sobre el sofá- dijo con su dulce voz la madre y luego miro a su pequeña hija que comía sin ningún animo- Enma, ¿Qué te ocurre?, ¿te sientes bien?
-sí, solo es que… ¿Por qué tenemos que mudarnos? … detesto conocer a gente nueva, siempre son puros idiotas
-Enma, no digas eso… quizás te hagas de algún amigo mañana en el colegio- dijo tratando de tranquilizarla la madre. Sabía que su hija era fría, pero aun así, era su hija y era amable con ella, quizás así cambie de parecer, creía ella.
-No lo creo… -dijo cortante la chica y continuo cenando su carne de soja, ya que era vegetariana- no quiero más, con su permiso – dijo retirándose de la mesa y dejando la mitad de su cena en el plato. Se dirigió hacia al sofá para tomar su nuevo uniforme y luego fue hacia su cuarto. Se estiro nuevamente sobre su cuarto y muchos pensamientos comenzaron a aparecer como “¿habrá alguna chica como Florenz (su única y mejor amiga)?, no me gusta estar mucho en la soledad, aunque muchas veces es muy divertido”. Poco a poco fue bajando el sueño y decidió ponerse su pijama rojo con negro y dormir.
A la mañana siguiente, a las 5:30 a.m. su padre fue a despertar a sus hijos, primero a su hijo mayor, Ignaz, y luego a su hija menor, Enma.
-Enma, despierta, tienes que ir a la escuela- dijo tratando de no molestarla mucho, pero aun así para que despertara de una vez
-Estoy despierta, puedes irte-dijo malhumorada Enma, detestaba que la despertasen, ella sabía perfectamente despertarse sola, sin ayuda de nadie.
Se levanto de su cama una vez que su padre se marcho de la habitación y se dirigió al baño que había en su cuarto, para tomar una ducha, luego se puso el uniforme. Era una camisa blanca, una falda negra, una corbata roja, un saco negro con la insignia del colegio, zapatos bajos negros y medias largas blancas. El uniforme le pareció muy genial, tenía un toque solo de su estilo. Luego de vestirse se seco el cabello, no necesitaba alisárselo ya que cada 6 meses iba a la peluquería a hacerse el alisado permanente; y por último se delineo los ojos con negro. Bajo las escaleras para desayunar simplemente una manzana roja, su fruta favorita.
De pronto una bocina se sintió fuera de la casa y cada uno tomo su mochila que habían preparado la noche anterior y que había dejado sobre el sofá. Se despidieron de sus padres y subieron al autobús. Toda la gente los quedo mirando, sobre todo a Enma, al parecer todos ya habían notado su famosa “aura” negra. Se sentó en uno de los últimos asientos, ya que el “seductor” de su hermano se había sentado con una de esas típicas chicas “populares” de adelante. Enma se sentó sola en los asientos de adelante, hasta que en una parada dos chicos bastante altos se subieron al autobús y se sentaron al final junto a ella. Uno llevaba rastas, una gorra, el uniforme como con tres tayas más de lo que era, un pircing en el labio y su mochila color azul; el otro era lo contrario, tenía el cabello negro, alisado y largo, pero no mucho; el uniforme bastante ajustado (al igual que el de Enma) y también maquillado los ojos.
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El cap termina aqui : http://www.fotolog.com/dunkelheit_th (mi log :P) ... deja comentarios si tienes log :3 asi si tengo artos subo el otro cap n_n
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